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Foto del escritorLuis Angel 🔮

Ejercicio: SANAR TU NIÑO (NIÑA) INTERIOR ❤️



Nuestro niño interior es nuestro “yo” en estado puro. Imaginemos ese niño espontáneo, inocente, con miedos y angustias y que refleja naturalidad; ese es nuestro niño interior. Todos llevamos dentro el niño que un día fuimos y es él quién nos proporciona el equilibrio entre la parte lógica y racional, y esa otra más libre, pura y alocada.


¿Qué nos dice nuestro niño interior?

El niño interior lo constituyen los sentimientos que se formaron durante nuestra infancia, a través de las vivencias, tanto positivas como negativas, y que aún continúan dentro de nosotros. Con el paso del tiempo crecemos, y ese niño se va escondiendo y reprimiendo en lo más recóndito de nuestro ser, ya que crecer no sólo conlleva acumular años, también significa madurar, y madurar significa tener que abandonar esa parte infantil. Aún así, de vez en cuando, nuestro niño se asoma y nos recuerda ciertos aspectos que deberíamos de tener en cuenta:


·       Nos recuerda que no tenemos que dar tanta transcendencia a las cosas, que restemos importancia a los problemas, y que paseemos nuestra libertad.


·       Nos pide que lo quieras y lo mimes, demanda amor, ser abrazado y convertirse en el punto de atención de tu vida, es decir, la autoestima.


·       Demanda que no seamos tan exigentes y perfeccionistas, que nos fijemos en las cosas sencillas de alrededor. Que no perdamos la ilusión por la vida y menos por nosotros mismos. Quiere que seas natural y un poco alocado.


·       Es muy importante trabajar con nuestro niño interior, ya que puede colaborar a desarrollarnos en plenitud, ¿cómo?. Facilitándonos la identificación de esos patrones destructivos que interfieren en nuestra vida, ofreciéndonos pautas para conseguir comprender y aceptar aquello que nos lastimó en nuestra infancia y que aún permanece en nuestro interior y ayudándonos a poner un punto y final y cerrar esas viejas heridas que nos producen sentimientos negativos.


·       ¿Cómo puedo saber si mi niño interior está sano o herido?


·   Es posible que durante la infancia hayamos tenido algún trauma o herida emocional que no se curó en su momento, y, que esto provoque que crezcamos con aprensiones, miedos e inseguridades. Revivir el dolor que producen ciertos recuerdos puede ser un proceso violento, pero aunque encontrarte cara a cara con lo que te está molestando de tu ayer sea duro, no abandones, porque ya verás que merece la pena enfrentarte a ese dolor.En el momento que aprecies que sientes rencor, odio o tristeza de forma reiterada, o que te veas que no sabes relajarte ni consigues manejar el estrés, o te realices auto sabotajes llegándote a aislar por no sentirte lo suficientemente bueno, seguramente tu niño interior está dañado.


·       En contra, aquel que puede vivir con lo mínimo, y entiende el valor de dar sin recibir, que regala sonrisas sin ningún motivo, sino porque sí, porque entiende que la vida lo merece; se dice sigue manteniendo ese condón umbilical con su niño interior. Esta puede ser sin lugar a duda una experiencia tan positiva que será capaz de curar muchas brechas emocionales y fortalecer nuestra autoestima.


·       ¿Cómo puedo sanar a mi niño interior?


·       La terapia del niño interior está muy vinculada con la psicología de la energía. Desde un punto de vista energético, el niño interior es la conexión entre el plano más material o físico y el plano más profundo o espiritual. El hogar de nuestro niño interior no podría ser otro que nuestro corazón, desde donde puede experimentar ese amor y ternura que demanda. Para curar a nuestro niño interior;


·       Pautas o ejercicios para sanar a nuestro “niño”:


·       Viaja hasta tu niñez, reflexiona y obtén cada detalle de tu etapa infantil, cómo eras, cómo era tu habitación, rebusca en tu interior y encuentra a ese niño que fuiste. Cuanto más real consigas que sea esa imagen, más eficaz resultará el ejercicio. El hoponopono es una gran técnica que nos ayudará a conectarnos con nuestro niño interior.


·       Ahora que tienes bien definida la imagen de tu niño interior (que eres tu mismo cuando eras chiquitín), jugando en tu habitación; imagina que entra en la habitación tu “yo” actual y te encuentras con ese niño. ¿Qué ves? ¿A un niño cabizbajo e inseguro? ¿Ves esa herida emocional? Si lo ves, aceptale y perdónale.


·       Seguro que empiezas a sentirle más. Ahora es momento de establecer un diálogo con ese niño, acariciarlo, hazte amigo, crea una conexión fuerte con él y pregúntale qué necesita para ser feliz. Intenta comprenderle, y dale protección. Trátalo como te hubiese gustado que te tratasen cuando eras niño. Gánate su confianza y dile que esté tranquilo, que a partir de ahora, tú vas a cuidar de él y que juntos vais a avanzar en nuevas ilusiones.


·       Juega con él, sigue dándole confianza, llévatelo a donde te gustaría que te hubiesen llevado de niño, dale ese caprichito que tú no pudiste tener. Recuerda que ahora tú puedes darle lo que desee, divertiros juntos; así cuando ese niño vuelva a su habitación, volverá satisfecho, y ese niño pensativo que encontraste la primera vez que abriste esa habitación, se habrá convertido en un niño feliz. Despídete de él y dile que cada vez que necesite de ti, no dude en pedirte ayuda, que estarás totalmente disponible para él.


·       El ejercicio acaba aquí, ¿Qué es lo que has vivido?


·       Seguramente te has dado cuenta que todos los patrones destructores, como las inseguridades, miedos, etc, vienen de tu niño interior. En ocasiones este viaje al pasado puede ser doloroso e incluso desgarrador, ya que hurga en una herida sin cerrarse. Pero una vez sanadas esas heridas, lo único que quedará es la cicatriz que te recordará que algo nos hizo daño, pero que ya no nos duele


·       Sanar al niño interior es un ejercicio de autodescubrimiento de nuestra vida y su sentido, donde viajas en el tiempo hasta tu niñez, descubres que emociones o hechos negativos no fuiste capaz de sanar en el momento y te mantienen atado/a a ese dolor. Solo cuando liberamos ese dolor, aceptamos lo que sucedió, y ayudamos a nuestro niño interior a sanar.


·       Tu niño interior te está esperando. No hay nada más saludable que dejar que tu niño sea espontáneo. Abrázalo, cógelo bien fuerte de la mano y no permitas que nada ni nadie lo lastime.



Yo…(escribe tus nombres y apellidos), nacido el (escribe tu fecha de nacimiento) en este acto de mi puño y letra, redacto hoy esta carta como regalo a la familia a la cual pertenezco. Con la ayuda, el amor y la presencia de la Divinidad que habita en mí y en cada uno de ellos, yo bendigo a mi familia y los perdono así como también les pido perdón a cada uno de ellos si con actos u omisiones les he ofendido o dañado.


Me libero en este acto de la necesidad infantil de reclamar atención y cuidados que genuinamente merece y necesita un niño, pero que ya como adulto no son en absoluto necesarios. Ya puedo ocuparme solo de mis necesidades y deseos, ya puedo liberar a mis padres del rol de satisfacer estas necesidades y deseos infantiles

Entiendo y reconozco que si no lo han hecho en mi niñez fue porque no han sabido o no han podido hacerlo diferente.


Les pido perdón por reclamar lo que no podían dar, por reprochar tan duramente interna o externamente sus errores. Hoy como adulto he visto que yo también cometo errores y muchos de ellos lastiman enormemente a mis Seres amados aún cuando no es mi intención y hasta intento firmemente no cometerlos.


Hoy en mi adultez puedo ver a mis padres como los seres humanos que son, no como los Seres idealizados que eran cuando yo era niño. Hoy puedo entender que he estado enojado y dolido porque mis “super héroes” no habían estado a la altura, pero sobre todo hoy puedo entender que no estaban en condiciones de llenar esa expectativa ya que mis padres son Seres humanos y no “super héroes”. Les pido perdón por haberles exigido tanto.


También entiendo que sólo podré ser un mejor padre cuando deje atrás mis reclamos como hijo. Sólo podré atender las necesidades de mis hijos cuando deje de reclamar que mis padres se ocupen de las mías como si fuera un niño aún. Sólo podré ocupar el rol de padre cuando tenga la valentía de “crecer” y dejar de ocupar un lugar infantil.

Hoy me libero y libero a toda mi familia de la carga de todo aquello que haya afectado a los miembros de mi familia y a otras familias, para que estas memorias, ya no se sigan heredando a través mío, para que ya no se sigan perpetuando en mi persona ni en generaciones venideras la necesidad de seguir reclamando a nuestros padres en la edad adulta, lo que no pudieron hacer en nuestra niñez. Libero estas memorias para que mis hijos no necesiten ya reclamarme cuando sean adultos y así puedan ocupar ellos también el rol de padres con sus propios hijos.


Hoy declaro que estoy libre de toda influencia consciente e inconsciente que estaba dejando ejercer sobre mí. Me declaro libre de la necesidad de seguir esta influencia y de tomar decisiones y ejecutar acciones movido por la necesidad de buscar aprobación de parte de mis padres complaciéndolos.


También me declaro libre de la necesidad de ejecutar acciones que vayan en contra de sus deseos, por la sola razón de declarar mi rebeldía y mi enojo hacia ellos. Hoy retomo la plena capacidad de Ser, sentir, pensar y accionar que esté en plena concordancia conmigo mismo y totalmente libre de cualquier influencia consciente o inconsciente de parte de alguien más.


Liberando las memorias de dolor que me han ocasionado mis padre, logro liberarme y sanar las relaciones con todos aquellos que funcionaron como espejo para que yo pudiera seguir reclamando mis necesidades no resueltas con mis padres.

Hoy sé que aunque me libere de todo lo anterior, mis padres seguirán amándome del mismo modo que antes y yo los seguiré amando desde lo más profundo de mi corazón aún cuando busque un destino mejor para mí.


Lo que sigue aquí se puede llenar con secretos o vivencias específicas de nuestra vida y que sepamos de nuestra familia que estemos repitiendo y queramos liberar, destrabar o conocer.


Ejemplo: Hoy me libero y libero a mi padre (Nombre), de mis reclamos por no haberse enterado ni hecho nada cuando yo era abusado por un familiar. Me libero y libero a mi madre (Nombre) de su carácter violento y su dureza al momento de marcar mis errores y castigarme. Hoy me libero de la necesidad de seguir reclamando lo que no fue.

Hoy comienzo a hacerme cargo yo mismo del niño herido que llevo en mi interior. Hoy como adulto he entendido que ya estoy en condiciones de hacerme cargo de mí mismo y eso me da la libertad para poder hacerlo cuándo y cómo lo necesite para poder finalmente sanar sin que eso dependa ya más que de mi mismo. Hoy tengo finalmente la posibilidad de sanarme en mis manos y agradezco al Universo por haberme traído hasta aquí y a mis padres por permitirme finalmente crecer.

Todo lo que haré será para mi bien y el de todos los involucrados. Hoy agradezco a la Divinidad que habita en mí y en todos los Seres y al Universo. Hoy sé que soy libre y quedo libre para vivir mi propio destino.


Hecho está. ¡Gracias, Gracias, Gracias!


Puedes escribir esto de puño y letra durante una semana y al completar el ciclo, quema todas las cartas, entierra las cenizas y siembra una planta allí para transformar en vida nueva todo aquello que dejamos atrás. De igual modo, para aquellos que no son recurrente de los rituales pueden simplemente repetirlo en conciencia durante una semana.

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